Sesgos inconscientes | Definición, tipos y ejemplos
Los sesgos inconscientes se refieren a las asociaciones y reacciones automáticas que surgen al encontrarse con una persona o grupo.
En lugar de mantener la neutralidad, se tiende a asociar estereotipos positivos o negativos a determinados grupos y se permite que estos prejuicios influyan en nuestro comportamiento hacia ellos.
Los sesgos inconscientes pueden dar lugar a comportamientos discriminatorios en la atención sanitaria, el lugar de trabajo, los centros educativos y otros ámbitos.
¿Qué son los sesgos inconscientes?
Los sesgos inconscientes son preferencias implícitas por (o aversiones hacia) una persona o entidad concreta. Estos sentimientos pueden ser positivos o negativos, pero llevan a actuar injustamente con los demás.
Pueden manifestarse como sesgo de afinidad, o tendencia a favorecer a las personas que son similares a nosotros, pero cualquier aspecto basado en la identidad puede ser objeto de sesgos inconscientes de género, de edad, de clase, etc.
Por definición, no somos conscientes de los sesgos que afectan a nuestras decisiones y juicios: por eso se llaman inconscientes. Por ejemplo, cuando la mayoría de la gente oye la palabra “enfermera”, es más probable que se imagine a una mujer, aunque no crea conscientemente que solo las mujeres pueden ser enfermeras.
Como los prejuicios inconscientes operan por debajo de nuestra conciencia, puede ser difícil reconocerlos y gestionarlos.
¿Cuál es la causa de los sesgos inconscientes?
Hay varios factores en juego dentro de nuestros sesgos inconscientes:
- Categorización cerebral. Los humanos tenemos una tendencia natural a asignar todo a una categoría relevante. Esto ocurre inconscientemente, pero esta categorización también nos lleva a asignar una asociación positiva o negativa a cada categoría. Las categorías permiten a nuestro cerebro saber qué hacer o cómo comportarse, pero las clasificaciones a menudo nos llevan a generalizar en exceso.
- Confianza en la heurística. A menudo recurrimos al procesamiento “automático” de la información en el día a día, sin apenas pensar conscientemente. Estos atajos mentales nos permiten hacer poco esfuerzo mental en nuestra vida cotidiana y emitir juicios rápidos cuando es necesario.
- Dinámica social y cultural. Nuestra educación y nuestro entorno social, así como las experiencias directas e indirectas con miembros de distintos grupos sociales, nos marcan. Todos ellos moldean nuestras percepciones, tanto consciente como inconscientemente.
Ejemplos de sesgos inconscientes
Los sesgos inconscientes pueden provocar discriminación a la hora de contratar mano de obra diversa.
Sesgos inconscientes frente a sesgos explícitos
Tanto los sesgos inconscientes como los sesgos explícitos implican juzgar a los demás basándose en suposiciones personales y no en hechos objetivos.
Sin embargo, hay diferencias importantes entre ellos:
- Los sesgos inconscientes se producen cuando la inclinación a favor o en contra de una persona o grupo surge automáticamente.
- Los sesgos explícitos incluyen actitudes positivas o negativas de las que somos plenamente conscientes y que expresamos abiertamente. Estas actitudes forman parte de nuestra visión del mundo.
A pesar de sus diferencias, los sesgos inconscientes pueden ser tan problemáticos como los explícitos. Ambos pueden llevar a comportamientos discriminatorios.
Cómo eliminar los sesgos inconscientes
Tanto las creencias inconscientes positivas como las negativas operan fuera de nuestra conciencia y pueden conducir a desigualdades estructurales y sistémicas.
Si queremos reducirlas, primero debemos ser conscientes de ellas. Las siguientes estrategias pueden ayudar:
- Realizar el test de sesgos inconscientes de Harvard puede ayudarte a darte cuenta de que todo el mundo tiene sesgos implícitos o inconscientes. Reconocerlos por lo que son aumenta la probabilidad de que la próxima vez no dejes que afecten a tu comportamiento.
- Buscar contactos intergrupales positivos. Los sesgos inconscientes hacia un grupo concreto pueden reducirse mediante la interacción con miembros de ese grupo. Por ejemplo, puedes esforzarte por participar en actividades que incluyan a personas de distintos orígenes.
- Contrarrestar los estereotipos. La exposición a información que desafía los estereotipos persistentes sobre determinados grupos, como las imágenes de enfermeros, puede contrarrestar los estereotipos basados en el género.
- Formarse sobre sesgos inconscientes. Aunque la sensibilización es importante, no basta para superar los sesgos inconscientes. Los programas de formación de más éxito son los que permiten a los individuos descubrir sus prejuicios de una manera no conflictiva, ayudándoles a buscar las herramientas para gestionar y reducir estos prejuicios.
Preguntas frecuentes sobre los sesgos inconscientes
- ¿Qué es el sesgo implícito?
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Los sesgos implícitos se refieren a actitudes que afectan a nuestra comprensión, acciones y decisiones de forma inconsciente (sesgos inconscientes).
Estas actitudes pueden ser positivas o negativas. El sesgo de afinidad, o la tendencia a gravitar hacia personas que son similares a nosotros, es un tipo de sesgo implícito o inconsciente.
- ¿Qué es el sesgo de similitud?
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El sesgo de similitud o de afinidad es uno de los sesgos inconscientes. Se produce cuando mostramos preferencia por personas que son similares a nosotros (es decir, personas con las que compartimos un atributo común, como el aspecto físico, las aficiones o la formación académica).
- ¿Qué es lo opuesto a los sesgos explícitos?
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Lo contrario de los sesgos explícitos son los sesgos implícitos (o sesgos inconscientes).
Se refieren a todas las evaluaciones subconscientes que se realizan sobre un determinado grupo.
Los sesgos implícitos pueden influir en las interacciones con los miembros de ese grupo sin ser conscientes.