La antonomasia puede referirse a dos procesos opuestos:
Emplear un rasgo distintivo, que no suele ser exclusivo, para personalizar una entidad. Ese rasgo asume entonces la función de nombre propio y, en ocasiones, reemplaza al nombre original.
Utilizar un nombre propio de persona o entidad para generalizar acerca de los atributos por los que eran conocidos.
La falacia del jugador es un tipo de falacia que consiste en creer que las probabilidades de los eventos futuros están influenciadas por los acontecimientos que ya han sucedido.
La falacia del jugador también se denomina falacia de Montecarlo, debido a un suceso que ocurrió en ese famoso casino en 1913.
En una de sus ruletas, la bola no paraba de caer en el negro y, cuanto más lo hacía, más pensaban los jugadores que la siguiente vez caería en el rojo y más apostaban por ese color. Al final, la bola cayó 26 veces consecutivas en el negro y las ganancias del casino esa noche fueron extraordinarias.
La falacia naturalista es el error de suponer que todo lo que se considera natural es también moralmente bueno.
Un argumento que comete esta falacia sostiene que las cosas son como deben ser sin proporcionar una justificación lógica.
Las falacias naturalistas siempre implican afirmaciones sobre ética o moralidad.
La falacia naturalista se encuentra a menudo en los debates sobre lo que es moralmente “bueno”, en ámbitos como la formulación de políticas, la filosofía y la religión.
La falacia del falso dilema es una falacia que consiste en presentar un número limitado de opciones como si fueran las únicas disponibles.
Esto obliga a las personas a elegir entre dos extremos, a pesar de que existe un espectro de posibilidades intermedias.
La falacia del falso dilema es engañosa e impide un debate honesto.
La falacia del falso dilema o disyunción es un tipo común de falacia. Suele aparecer en discursos y anuncios políticos, así como en conversaciones informales cotidianas.
La falacia del falso dilema también se denomina falsa dicotomía.
La falacia del hombre de paja es una falacia que consiste en distorsionar el argumento de otra persona para que sea más fácil atacarlo o refutarlo. En lugar de abordar el argumento real del interlocutor, se presenta un argumento similar en parte.
Al poner ese argumento en boca de la otra persona y atacar esa nueva versión, en realidad no se está refutando el razonamiento original, sino uno distinto.
La falacia del hombre de paja puede utilizarse para desviar la atención de argumentos relevantes en diferentes contextos, como en debates políticos, en los medios de comunicación o en conversaciones cotidianas.
La falacia del hombre de paja también se conoce con el nombre de falacia del espantapájaros.
Publicado el
22 de julio de 2024
por
María Correas, PhD.
Actualizado el
13 de septiembre de 2024.
En lógica, la falacia es un argumento que puede sonar convincente, pero que incluye fallos en el razonamiento.
Hay dos tipos de falacia principales según el tipo de error que contienen:
Falacias formales o falacias non sequitur: presentan un error de forma que se acepta incorrectamente por su parecido con formas válidas de razonamiento.
Falacias informales: presentan un error de contenido, pues las premisas no permiten alcanzar la conclusión que se propone.