¿Qué tipo de falacia es la falacia del jugador?
La falacia del jugador es una falacia de tipo informal.
Las falacias informales son un tipo de falacia que contiene un error de contenido, no de forma.
Otras falacias informales son:
La falacia del jugador es una falacia de tipo informal.
Las falacias informales son un tipo de falacia que contiene un error de contenido, no de forma.
Otras falacias informales son:
A veces se confunden el sesgo cognitivo y la falacia, pues ambas se basan en un razonamiento defectuoso. Sin embargo, no son lo mismo:
En otras palabras, el sesgo cognitivo se refiere a una predisposición permanente, mientras que la falacia lógica se refiere a errores de razonamiento que se producen en el momento.
El problema del “ser y el deber ser” está relacionado con la falacia naturalista, pero hay una diferencia clave:
La mejor manera de evitar la falacia del falso dilema es pararse a reflexionar sobre dos puntos:
La falacia del falso dilema funciona de dos maneras:
En ambos casos, al utilizar la falacia del falso dilema, se ocultan opciones alternativas y no se permite valorar toda la gama de opciones.
Esto suele lograrse mediante una construcción del tipo “o lo uno o lo otro” y un lenguaje polarizado y divisivo (“o eres amigo o enemigo”).
La falacia del falso dilema también se denomina falsa dicotomía o falacia de la falsa disyunción.
Tu quoque y whataboutism a veces se solapan, tienen características diferentes.
Ambas se consideran falacias lógicas informales o enfoques engañosos de la argumentación.
Tu quoque es un tipo específico de falacia ad hominem.
Las falacias ad hominem critican a una persona por algo irrelevante para el tema en cuestión.
Las falacias tu quoque critican específicamente a la persona que plantea una pregunta, crítica o argumento, acusándolos de hipocresía.
Ambas pertenecen a la categoría de las falacias de relevancia.
Tu quoque es una locución que significa “tú también” en latín.
Se utiliza “tú también” porque en la falacia tu quoque se acusa a alguien de hipocresía por criticar lo que se supone que ellos mismos hacen.
Tu quoque fili mi es otra famosa frase donde se incluyen estas palabras. Es la traducción latina adaptada de lo que el historiador Suetonio relata que Julio César exclamó en griego al ver que Bruto también participaba en su asesinato.
Aunque tanto la falacia del hombre de paja como la falacia de la pista falsa son falacias lógicas o errores de razonamiento, denotan diferentes intentos de “ganar” una discusión. Más concretamente:
La falacia del hombre de paja es problemática en tanto en cuanto no valora el punto de vista del interlocutor.
En su lugar, tergiversa de manera intencionada las ideas del otro, evitando así comprometerse con su argumento.
Por eso, recurrir a la falacia del hombre de paja rebaja el nivel del debate constructivo.
La mejor manera de responder a una falacia del hombre de paja es llamar la atención sobre la falacia y pedir al interlocutor que demuestre en qué se parecen el argumento original y la versión distorsionada.
Como son diferentes, el interlocutor tendrá que admitir que su argumento no es válido o intentar justificarlo utilizando un razonamiento menos correcto y más fácil de contraatacar.
El término falacia naturalista fue acuñado por el filósofo analítico británico G. E. Moore en su obra Principia Ethica, de 1903.
Moore se oponía a definir cualidades morales como la bondad a partir de observaciones de la naturaleza.
La llamada a la ignorancia (en este caso, ignorancia significa falta de pruebas) es una falacia clasificada como falacia lógica informal.
Afirma que algo debe ser cierto porque no se ha demostrado que sea falso, o que algo debe ser falso porque aún no se ha demostrado que sea cierto.
Por ejemplo, “Los unicornios existen porque no hay pruebas de que no existan”. La llamada a la ignorancia también se conoce como falacia ad ignorantiam.
El sesgo de maternidad es un tipo de sesgo de género que consiste en considerar que las mujeres que son madres son menos competentes y están menos implicadas en el trabajo.
El sesgo de género está presente en cualquier contexto, como el ámbito profesional, el familiar, el social, el académico o el político.
Entre los diferentes tipos de sesgo de género, destacan los siguientes:
Los sesgos implícitos se refieren a actitudes que afectan a nuestra comprensión, acciones y decisiones de forma inconsciente (sesgos inconscientes).
Estas actitudes pueden ser positivas o negativas. El sesgo de afinidad, o la tendencia a gravitar hacia personas que son similares a nosotros, es un tipo de sesgo implícito o inconsciente.
El sesgo de similitud o de afinidad es uno de los sesgos inconscientes. Se produce cuando mostramos preferencia por personas que son similares a nosotros (es decir, personas con las que compartimos un atributo común, como el aspecto físico, las aficiones o la formación académica).
Lo contrario de los sesgos explícitos son los sesgos implícitos (o sesgos inconscientes).
Se refieren a todas las evaluaciones subconscientes que se realizan sobre un determinado grupo.
Los sesgos implícitos pueden influir en las interacciones con los miembros de ese grupo sin ser conscientes.
Son varios los campos que se pueden ver afectados por el sesgo de supervivencia, por ejemplo:
El sesgo de supervivencia puede llevar a decisiones mal informadas, políticas ineficaces, pérdida de recursos y expectativas poco realistas.
Por ejemplo, un inversor puede sobreestimar sus probabilidades de éxito si solo estudia empresas que han tenido éxito sin considerar las que fracasaron.
Un libro muy popular sobre ética publicado recientemente es Ética para Celia, de Ana de Miguel.
Desarrolla el concepto de una doble verdad, con unas normas morales desplegadas de manera distinta para los hombres y para las mujeres.
Invita también a los primeros a ponerse en el lugar de las segundas desde una perspectiva feminista.
Son numerosos los libros en que se explica la ética a una persona en concreto.
Ética para Amador es un popular libro del filósofo Fernando Savater donde este da a su hijo algunas claves sobre la ética, la moral y la filosofía, y está dirigido a adolescentes.
Desde la Ética a Nicómaco, se han escrito múltiples libros sobre ética.
Ética para desconfiados es un libro reciente de David Pastor Vico que aconseja reflexionar sobre los sentimientos propios, las decisiones y las amistades como forma de enfrentarse a los retos de la sociedad.
La epistemología ha sido utilizada también para definir y entender la complejidad, como demuestra la teoría de la complejidad desarrollada por el filósofo y sociólogo francés Edgar Morin.
Morin sostiene que la complejidad implica una ambigüedad, imprecisión o incluso contradicción de conceptos y de fenómenos en la vida que hay que aceptar.
Tanto epistemología como gnoseología significan “estudio del conocimiento”.
Por ese motivo, muchas veces se utilizan como sinónimos.
No obstante, para muchas fuentes la epistemología es, en concreto, el estudio del conocimiento científico.
Por ese motivo, quienes no hacen distinciones entre epistemología y gnoseología, utilizan “epistemología científica” cuando quieren concretar que hablan exclusivamente de este tipo de conocimiento.
La epistemología se refiere a un gran número de campos del conocimiento, incluyendo los estudios de género.
Un ejemplo es el libro Epistemología del armario, de Eve Kosofsky Sedgwick, que cuestiona las bases del pensamiento occidental en materia de género.
La disonancia cognitiva en el marketing se refiere al sentimiento que tiene el consumidor tras la compra de un producto que quizá no encaja con sus valores.
El consumidor puede ser consciente de la publicidad engañosa y, aun así, comprar el producto, por ejemplo, un producto que promete hacerle adelgazar sin necesidad de ejercicio ni de mejorar la dieta.
Para reducir la disonancia cognitiva que experimenta, el consumidor puede convencerse a sí mismo de que el producto realmente funciona o bloquear mentalmente la idea de la compra.
La disonancia cognitiva en la pareja ocurre cuando:
Se tienen distintos conceptos de fidelidad y compromiso.
Cuando se habla de disonancia cognitiva, es posible encontrar asociado el término narcisista.
No es que la disonancia cognitiva de por sí sea narcisista, sino más bien que una persona narcisista puede provocársela a otra persona con la que tenga algún tipo de relación.
La dinámica de la disonancia cognitiva en este caso es:
Por tanto, las personas humilladas sufren disonancia cognitiva, al no encajar sus creencias sobre la persona con cómo esta les hace sentir.
No, la falacia del jugador puede darse en cualquier situación en la que la persona asuma que las probabilidades de que algo ocurra se ven influenciadas por lo que ha sucedido con anterioridad.
El sesgo de supervivencia puede llegar a crear mitos y percepciones erróneas sobre lo que se necesita para tener éxito, ya que la gente tiende a imitar a los “supervivientes” sin comprender las probabilidades completas de éxito o las circunstancias que llevaron al fracaso de otros.
La falacia del jugador se denomina de esa forma porque es un sesgo cognitivo que suele emplearse en las apuestas.
El jugador basa su predicción sobre la probabilidad de que salga un número o un color en si ese número o color ya ha aparecido o no y hace cuánto tiempo que lo ha hecho.
Un ejemplo de silogismo es el siguiente:
Premisa 1: Todas las aves tienen dos patas.
Premisa 2: La cigüeña es un ave.
Conclusión: La cigüeña tiene dos patas.
Como todas las aves tienen dos patas y la cigüeña es un ave, podemos deducir de forma lógica que la cigüeña tiene dos patas.
Los silogismos tienen tres variedades dentro de la lógica:
La principal distinción entre ellos son las relaciones expresadas por sus premisas.
Otras formas de referirse al silogismo son:
La ambigüedad también puede darse en el ámbito laboral, cuando una persona no tiene claro cuál es el papel que desempeña en el trabajo.
Esta situación de falta de claridad se denomina “ambigüedad de rol”.
La ambigüedad es un concepto que va más allá del campo de la comunicación para referirse a algo que no queda claro.
Las “ilusiones de ambigüedad” son un tipo de ilusión óptica que muestra dos opciones de percepción no simultáneas.
Una obra literaria famosa que contiene la palabra ambigüedad es Para una moralidad de la ambigüedad, de Simone de Beauvoir.
Explora la ética existencialista, centrándose en la ambigüedad inherente a la existencia humana y desafiando la idea de que existan verdades absolutas.
La palabra ambigüedad se escribe con diéresis.
El motivo es que se necesita este signo de puntuación para romper el diptongo “gue” y así poder pronunciar la letra “u”.
Si se escribe “ambiguedad*” sin diéresis, la pronunciación de la sílaba sería “gue”, lo que es incorrecto.
Puedes utilizar el corrector ortográfico de QuillBot para revisar la escritura de palabras con diéresis como ambigüedad.
Algunos antónimos de la palabra ambigüedad son:
Estas palabras describen un estado claramente definido y fácil de entender.
Por el contrario, la ambigüedad describe la condición de no estar claro o tener múltiples significados.
Puedes utilizar el parafraseador de QuillBot para ayudarte a variar tu vocabulario y reflejar el significado que pretendes.
Tanto la falacia post hoc como la falacia non sequitur se refieren al concepto de “lo que viene después”.
No obstante, las falacias post hoc están relacionadas con una secuencia cronológica de eventos, mientras que las falacias non sequitur se refieren a la conexión lógica entre premisas.
Para distinguir correctamente entre las dos falacias, evalúa si el enfoque del argumento es cronológico (post hoc) o lógico (non sequitur).
Algunos de los factores psicológicos que contribuyen al efecto placebo son:
El efecto placebo puede acarrear consecuencias negativas. Esto se conoce con el nombre de “efecto nocebo”.
El efecto nocebo funciona exactamente igual que el efecto placebo: si se espera un resultado negativo, es más probable que se obtenga un resultado negativo.
Por ejemplo, en los ensayos clínicos, a los participantes se les informa de los efectos secundarios que puede provocar el tratamiento.
En estos casos, es posible que los participantes a los que se les administra un placebo tengan los mismos efectos secundarios que los participantes que reciben el medicamento real, simplemente porque esperan que se produzcan.
Aunque no existe una respuesta definitiva a las causas del efecto placebo, los investigadores proponen varias explicaciones, como el poder de la sugestión, la interacción médico-paciente, el condicionamiento clásico, etc.
Existen dos tipos de profecías autocumplidas:
Las profecías autoimpuestas se producen cuando las creencias que una persona tiene sobre sí misma influyen en sus comportamientos y acciones.
Las profecías impuestas por otros se producen cuando las expectativas de los demás influyen en el comportamiento y las acciones de uno mismo.
Las profecías autocumplidas pueden ser negativas (si las creencias influyen negativamente en los comportamientos y sus consecuencias) o positivas (si las creencias influyen positivamente en las acciones y sus consecuencias).
Por ejemplo, si una persona tiene creencias negativas sobre cómo le va a salir una entrevista de trabajo, probablemente no la prepare tanto, vaya más nerviosa y, en consecuencia, cause una peor impresión.
Si, por el contrario, una persona tiene creencias positivas sobre sí misma y sobre cómo va a destacar en una entrevista de trabajo, la preparará más motivada, irá más tranquila y confiada y tendrá más posibilidades de superarla con éxito.
Las profecías autocumplidas pueden afectar tanto a individuos como a grupos.
En este sentido, guardan una estrecha relación con los estereotipos.
Cuando existe un preconcepto negativo sobre un grupo vulnerable, como, por ejemplo, los inmigrantes, los demás pueden tratarlos con dureza o indiferencia.
Esta actitud puede provocar que los integrantes de este colectivo respondan también de forma negativa, lo que refuerza el preconcepto inicial.
Existen varios tipos de falacias ad populum, entre los que destacan:
En política, la falacia ad populum puede obligar a la conformidad a través del deseo (como el deseo de pertenecer al partido ganador) o del miedo (como el miedo al estigma de apoyar a un candidato impopular).
Un ejemplo histórico de falacia ad populum es el fenómeno del Temor rojo en Estados Unidos.
Durante los periodos de fuerte sentimiento anticomunista del siglo XX, muchos ciudadanos estadounidenses fueron acusados de comunistas, a menudo basándose en acusaciones sin ninguna prueba.
El miedo al comunismo y la presión para ajustarse a los sentimientos anticomunistas provocaron una bola de nieve de denuncias y listas negras.
La falacia ad populum defiende que una afirmación es cierta únicamente porque es popular.
Esta falacia suele producirse en un argumento que hace caso omiso de la necesidad de pruebas o razonamientos sólidos, confiando, en su lugar, en la tendencia humana a conformarse con las opiniones predominantes.
Cuando se evalúa un argumento deductivo para determinar si es válido o inválido, hay que hacerse las siguientes preguntas:
El efecto de expectativa del observador ocurre cuando el investigador influye en los resultados de su propio estudio mediante la interacción con los participantes.
Las creencias y expectativas propias del investigador sobre el estudio pueden influir involuntariamente en los participantes a través de las características de la demanda.
El efecto de expectativa del observador suele usarse como sinónimo del efecto Rosenthal o efecto Pigmalión.
No es fácil encontrar ejemplos en el día a día de falacias non sequitur, también conocidas como falacias formales, pues suelen darse en disciplinas formales como la lógica, las matemáticas y la física.
He aquí un ejemplo de falacia non sequitur:
Premisa: Todos los gatos son mamíferos.
Premisa: Un perro es un mamífero.
Conclusión: Por tanto, un perro es un gato.
Más concretamente, este ejemplo pertenece a la subcategoría de la falacia del término medio no distribuido, en la que el término medio de las premisas no cubre todos los casos posibles, lo que lleva a una conclusión defectuosa.
Ad hominem es una técnica persuasiva que intenta influir en la opinión del público, criticando las características personales de un individuo.
Cuando se utiliza para eludir el tema principal de un argumento, un ad hominem es una falacia lógica informal. El uso de un ataque ad hominem suele tener la intención de manipular. Puede ser un obstáculo para un debate productivo.
“Ad hominem” es el nombre de una falacia lógica (falacia ad hominem), pero el término también puede referirse a un insulto general que no forma parte de un argumento lógico.
Un argumento ad hominem falaz desvía la atención del tema principal mediante ataques personales irrelevantes.
No todas las críticas personales son falacias ad hominem. En algunos contextos, las críticas al carácter de un individuo son relevantes para un argumento.
La falacia ad hominem se caracteriza por atacar a la persona que sostiene el argumento, en lugar de refutar el propio argumento.
Ejemplos de falacias ad hominem son:
El ethos es importante en la comunicación persuasiva porque ayuda a los oradores y escritores a:
Ethos, pathos y logos son los tres modos de persuasión. Los tres forman el triángulo retórico:
Un ejemplo de ethos es la técnica del “pueblo llano” utilizada en publicidad y campañas políticas.
Los políticos, por ejemplo, pueden intentar presentarse como personas normales y corrientes a las que les gusta comer comida rápida o hacer las tareas domésticas. Así convencen a su público de que pueden empatizar con sus preocupaciones.
Un ejemplo de razonamiento deductivo en la vida real es el siguiente:
Un alumno formula conclusiones sobre formas y ángulos basándose en las leyes de la geometría.
El razonamiento deductivo aplica una regla general a un caso concreto para extraer una conclusión.
El razonamiento deductivo es una parte crucial del pensamiento crítico, especialmente en ámbitos como la filosofía, las matemáticas y la ciencia. Nos permite hacer predicciones y evaluar teorías de forma objetiva.
Los argumentos deductivos proporcionan marcos que ponen a prueba las hipótesis (desarrolladas normalmente a través del razonamiento inductivo) y nos permiten establecer conclusiones con certeza lógica.
El ajuste vinculado al sesgo de anclaje se refiere al mecanismo que subyace en los casos en los que nos vemos influidos por un ancla o punto de referencia interno. Cuando nos enfrentamos a una decisión o pregunta y no estamos seguros de cuál es la opción correcta, intentamos hacer una conjetura.
Por ejemplo, cuando intentamos calcular cuánto tardaremos en escribir un trabajo, empezamos con un valor de anclaje inicial que parece razonable y luego vamos ajustando hasta encontrar una respuesta aceptable. Como inconscientemente damos más importancia al valor inicial o a la respuesta que se nos ocurre al principio, normalmente no ajustamos lo suficiente a partir de ahí y nuestro juicio se ve sesgado.
La identificación del sesgo de selección en un estudio se puede hacer:
Las consecuencias del sesgo de selección son principalmente dos:
Los tipos más comunes de sesgo de selección son:
Como muchos otros sesgos de investigación, el efecto Hawthorne se da con frecuencia en estudios observacionales y experimentales en ámbitos como la medicina, la psicología organizativa o la educación.
El sesgo de realización es un término general que describe los efectos de un trato desigual entre los grupos de estudio. Como resultado, los participantes en el estudio alteran su comportamiento.
Existen dos subtipos de sesgo de realización:
El efecto Hawthorne ha recibido críticas porque investigaciones recientes sobre los estudios originales de Hawthorne Works han demostrado que los resultados eran erróneos o exagerados.
Parece que las diferencias significativas entre los grupos de control y los grupos experimentales llevaron a la introducción de variables de confusión que los experimentadores desconocían en ese momento.
También es muy probable que influyeran otros factores en el estudio original.
El efecto cuerno es lo contrario del efecto halo.
En el efecto cuerno, las primeras impresiones negativas en un contexto influyen en cualquier juicio posterior, aunque el contexto sea distinto.
Por ejemplo, cuando una persona conoce a alguien nuevo y esa persona está de mal humor ese día, puede llegar a la conclusión de que tiene mal carácter debido a esa primera impresión negativa.
El efecto halo en marketing significa que cualquier característica de un producto puede afectar a la manera en que perciben los clientes no solo sus otras características, sino el producto en su conjunto.
Por ejemplo, un diseño deficiente del envase puede hacer que los clientes piensen que el producto es de baja calidad, aunque no exista una relación directa entre estas características.
Del mismo modo, un envase atractivo puede hacer que los clientes vean un producto de forma más positiva, incluso cuando se trata de atributos que no están relacionados con su envase.
El sesgo cognitivo es un término genérico utilizado para describir las distintas formas en que las creencias y experiencias propias influyen en el juicio y la toma de decisiones.
Algunos de los tipos más comunes de sesgos cognitivos son:
El razonamiento deductivo se utiliza en numerosos ámbitos, desde en el día a día hasta en ámbitos profesionales o académicos como en matemáticas, lógica, derecho o ciencia.
El sesgo de anclaje se produce cuando la persona se centra en la primera información que recibe durante un proceso de toma de decisiones y no tiene en cuenta ninguna otra información que venga después.
Aunque el sesgo de anclaje y el sesgo de disponibilidad son dos tipos de sesgo cognitivo (o heurística) y pueden parecer similares, son bastante diferentes:
En otras palabras, aunque tanto el sesgo de anclaje como el sesgo de disponibilidad influyen en la percepción, el anclaje está relacionado con el orden en que se recibe la información, mientras que la disponibilidad está relacionada con la facilidad para recordarla.
Aunque es difícil identificar los sesgos cognitivos, aquí hay algunos ejemplos de “señales de alarma” para considerar:
El sesgo de atención es uno de los varios tipos de sesgos cognitivos existentes en el que se ignora información importante. Como la atención es limitada, tiende a ser dirigida hacia cosas específicas del entorno, mientras se filtran otras.
Aunque este mecanismo busca la eficiencia, también hace filtrar información o señales del entorno que no se deberían ignorar, lo que conduce al sesgo de investigación.
Así es, el efecto bandwagon (o efecto arrastre) es uno de los muchos tipos de sesgos cognitivos.
El efecto bandwagon describe la tendencia de las personas a adoptar comportamientos u opiniones simplemente porque otros lo hacen, independientemente de sus propias creencias.
A la hora de evitar el sesgo de confirmación, a veces puede resultar difícil distinguir las fuentes exactas de las inexactas, sobre todo en internet.
Los artículos publicados no siempre son creíbles y pueden reflejar un punto de vista sesgado sin aportar pruebas que respalden sus conclusiones.
La alfabetización informacional es importante porque ayuda a ser consciente de esos contenidos poco fiables y a evaluar las fuentes con eficacia, tanto en un contexto académico como en uno general.
En la investigación, el sesgo de confirmación afecta a la validez y fiabilidad de los resultados de la investigación, lo que lleva a conclusiones falsas y a una interpretación errónea de la verdad.
Esto puede tener graves implicaciones en ámbitos como la investigación médica, donde, por ejemplo, puede evaluarse una nueva forma de tratamiento.
El sesgo de confirmación es la tendencia a buscar, interpretar y recordar información de un modo que concuerda con valores, opiniones o creencias preexistentes. Se refiere a la capacidad de recordar mejor la información cuando amplifica lo que ya se cree. Por el contrario, se tiende a olvidar la información que contradice las opiniones propias.
Aunque el recuerdo selectivo es un componente del sesgo de confirmación, no debe confundirse con el sesgo de recuerdo.
Por otro lado, el sesgo de recuerdo se refiere a las diferencias en la capacidad de los participantes de un estudio para recordar acontecimientos pasados cuando se utiliza la autoevaluación.
Esta diferencia en la exactitud o integridad del recuerdo no está relacionada con creencias u opiniones. Más bien, el sesgo de recuerdo está relacionado con otros factores, como la duración del periodo de recuerdo, la edad y las características de la enfermedad investigada.
El efecto Rosenthal (efecto Pigmalión) se refiere a aquellas situaciones en que las altas expectativas mejoran el rendimiento, y viceversa.