Falacia ad populum | Significado y ejemplos
La falacia ad populum es aquella que argumenta que una afirmación es cierta basándose únicamente en el hecho de que mucha gente la cree.
Esta falacia apela a prejuicios innatos que nos incitan a conformarnos con las opiniones y comportamientos de los demás.
Este ejemplo de argumento ad populum pone de relieve cómo la popularidad por sí sola puede llevar a aceptar una afirmación sin pruebas suficientes.
Los argumentos ad populum se utilizan a menudo para distraer de la falta de pruebas sustanciales de una afirmación. Se encuentran ejemplos en ámbitos como los debates sobre salud, política o estrategias de inversión.
Falacia ad populum: significado
La falacia ad populum comete el error de considerar la popularidad de una afirmación como prueba de que es cierta.
El nombre completo de la falacia en latín es argumentum ad populum, que significa “argumento dirigido al pueblo”.
Una afirmación puede ser ampliamente aceptada debido a creencias culturales, conformidad social o desinformación. Sin embargo, la popularidad por sí sola no puede probar que una afirmación sea cierta.
Por ejemplo, las ideas históricas erróneas o los mitos, como la idea de que Napoleón Bonaparte era extremadamente bajo, suelen obtener una amplia aceptación a pesar de que no reflejan la verdad histórica.
Sin embargo, existen contextos en los que la perspectiva de la mayoría sí tiene importancia (la dinámica del mercado o las prácticas lingüísticas). En estos casos, tener en cuenta las opiniones predominantes parece razonable.
Ad populum es una falacia lógica informal. Es decir, se trata de un error a nivel de contenido que hace que un argumento inductivo no sea sólido.
Existen varios sesgos cognitivos estrechamente relacionados con la falacia ad populum. Todos ellos describen la tendencia humana a confiar en la popularidad o el consenso como base para la toma de decisiones:
- Efecto bandwagon o efecto de arrastre: adopción de comportamientos o creencias simplemente porque otros hacen lo mismo, con la suposición de que la popularidad implica corrección.
- Sesgo de demostración social: confianza en el comportamiento y las opiniones de los demás como guía para las propias acciones y creencias, especialmente cuando muchas personas creen o hacen algo.
- Sesgo de conformidad: adecuación del comportamiento o las creencias de uno a los de un grupo o mayoría, a menudo sin una evaluación crítica.
¿Cuándo es legítimo un argumento ad populum?
Ad populum se refiere concretamente a una falacia lógica, por lo que, en el sentido estricto del término, un argumento ad populum no puede ser válido.
Sin embargo, hay contextos en los que la popularidad de un punto de vista o una práctica puede ser relevante para un argumento, como en los siguientes ejemplos:
- Opinión pública y política: los dirigentes suelen sopesar la opinión pública a la hora de crear políticas.
- Investigación de mercado y desarrollo de productos: las empresas utilizan las preferencias de los consumidores para dar forma a los productos.
- Lengua y comunicación: los lingüistas analizan el uso común en los estudios lingüísticos.
- Comportamiento social y normas: los sociólogos estudian las normas ampliamente aceptadas para conocer los valores y comportamientos de la sociedad.
- Consenso científico: los científicos tienen en cuenta las opiniones mayoritarias de los expertos en sus campos, que han basado sus puntos de vista en pruebas empíricas y análisis rigurosos.
En este tipo de contextos puede ser legítimo respaldar un argumento con evidencia de opiniones predominantes. No se trataría de un caso de falacia ad populum, que se basa únicamente en la popularidad como base para la argumentación, muchas veces cuando la opinión popular no es en absoluto relevante.
¿Cuáles son los diferentes tipos de falacia ad populum?
Existen varios tipos de falacias ad populum, entre los que destacan los siguientes:
La falacia del bandwagon
La falacia del bandwagon es un tipo específico de apelación a la popularidad que se centra en una tendencia actual. Comete el error de argumentar que algo es bueno o cierto porque un número creciente de personas lo apoya.
El término “bandwagon” también se utiliza para nombrar un sesgo cognitivo (el efecto bandwagon) y una técnica de propaganda (la apelación bandwagon).
Las falacias del bandwagon suelen ser bastante eficaces porque se aprovechan de la tendencia humana hacia la conformidad social y el deseo de aceptación.
Las personas pueden unirse a un movimiento o adoptar una tendencia basándose en el grupo con el que desean identificarse y “subirse al carro” incluso sin tener los conocimientos suficientes.
La falacia del “bandwagon” también puede explotar el miedo a perderse una oportunidad que otros están disfrutando.
La creencia en el valor siempre creciente de los bulbos de tulipán estaba arraigada en su popularidad, y muchos sostenían que sus precios no harían más que seguir subiendo. Sin embargo, cuando la burbuja estalló, dejó a muchos inversores en la ruina financiera.
La creencia generalizada en el valor de los tulipanes entre los especuladores se confundió con la prueba de su valor como inversión; así, la tulipomanía sirve como ejemplo clásico de razonamiento de bandwagon.
Apelación a la práctica común
La falacia de apelación a la práctica común comete el error de argumentar que un comportamiento o línea de actuación es correcto porque es común.
Apelación a la tradición
La falacia de la apelación a la tradición es el error de afirmar que una afirmación o práctica es buena o verdadera simplemente porque ha sido aceptada históricamente.
Falacia ad populum: ejemplos
Se encuentran ejemplos de falacias ad populum en ámbitos como la política, la publicidad, las redes sociales o el discurso religioso.
Se dan en casos en los que se utiliza la popularidad como base de un argumento sin pruebas o razonamientos suficientes.
Afirmaciones como “9 de cada 10 personas prefieren nuestra marca” utilizan la popularidad para insinuar calidad, sugiriendo que un producto es superior porque muchas personas lo eligen, sin argumentar sus méritos.
En redes sociales muchas veces se dan ejemplos de falacia ad populum cuando los niveles de participación se malinterpretan como indicadores de la verdad.
La mayoría de las respuestas están a favor de controles más estrictos, lo que lleva a la página a publicar: “El pueblo se pronuncia: unas fronteras más fuertes es lo que este país necesita para prosperar económicamente”.
En este ejemplo de falacia ad populum, la opinión mayoritaria entre un pequeño segmento de la población se presenta como prueba definitiva de que unos controles de inmigración más estrictos beneficiarían a la economía, sin ninguna prueba concreta.
Preguntas frecuentes sobre la falacia ad populum
- ¿Cuál es un ejemplo de falacia ad populum en política?
-
En política, la falacia ad populum puede obligar a la conformidad a través del deseo (como el deseo de pertenecer al partido ganador) o del miedo (como el miedo al estigma de apoyar a un candidato impopular).
Un ejemplo histórico de falacia ad populum es el fenómeno del Temor rojo en Estados Unidos.
Durante los periodos de fuerte sentimiento anticomunista del siglo XX, muchos ciudadanos estadounidenses fueron acusados de comunistas, a menudo basándose en acusaciones sin ninguna prueba.
El miedo al comunismo y la presión para ajustarse a los sentimientos anticomunistas provocaron una bola de nieve de denuncias y listas negras.
- ¿Cuáles son los diferentes tipos de falacia ad populum?
-
Existen varios tipos de falacias ad populum, entre los que destacan:
- Falacia del bandwagon
- Apelación a la práctica común
- Apelación a la tradición
- ¿Cómo funciona la falacia ad populum?
-
La falacia ad populum defiende que una afirmación es cierta únicamente porque es popular.
Esta falacia suele producirse en un argumento que hace caso omiso de la necesidad de pruebas o razonamientos sólidos, confiando, en su lugar, en la tendencia humana a conformarse con las opiniones predominantes.