Tu quoque | Ejemplos y definición
La falacia tu quoque es una falacia que se produce cuando alguien responde a una crítica acusando a la otra parte de incoherencia o hipocresía.
Esta táctica desvía la atención de la cuestión original hacia el supuesto incumplimiento de sus propios principios por parte del interlocutor.
Tu quoque es una forma de falacia ad hominem, pues desvía la atención del argumento hacia la persona que lo presenta.
El alumno responde: “¡Pero si tú publicas en las redes sociales durante las horas de clase!”
En este caso, la respuesta del alumno desvía la atención de cómo sus hábitos en las redes sociales podrían estar afectando a sus notas para centrarse en el tema irrelevante del uso de las redes sociales por parte del profesor.
Falacia tu quoque: ejemplos
En contextos como los medios de comunicación y la política es frecuente encontrar ejemplos de falacia tu quoque.
Tu quoque suele utilizarse intencionadamente para desviar las críticas mediante el ataque del comportamiento o de las acciones pasadas del interlocutor, en lugar de abordar su argumento.
En este ejemplo de falacia tu quoque, el cantante evita responder directamente a la crítica mediante el desvío de la atención hacia la supuesta hipocresía del periodista.
Aunque la acusación sea cierta tanto para el periodista como para el cantante, se menciona estrictamente para cambiar de tema.
En el discurso político, la falacia tu quoque se utiliza a menudo para llamar la atención sobre las incoherencias pasadas de los personajes públicos.
A pesar de que sea legítimo examinar el historial de una persona, los políticos suelen utilizar el argumentum tu quoque (argumento tu quoque) para distraer la atención de las preguntas o críticas actuales sobre sus propias políticas, creencias o comportamientos.
El candidato responde señalando que su oponente ha apoyado muchas subidas de impuestos en el pasado.
Aunque las acciones pasadas de ambos políticos merezcan ser examinadas, el orador utiliza la crítica tu quoque contra su oponente para evitar responder acerca de sus propias decisiones.
Si cree que su posición es defendible, debería ser capaz de explicar su decisión de votar a favor de las subidas de impuestos a la clase media, en lugar de limitarse a cambiar de tema.
¿Por qué se comete la falacia tu quoque?
La falacia tu quoque pretenden desviar la atención del argumento real, por lo que esta táctica resulta especialmente útil cuando una persona carece de un contraargumento sólido o quiere evitar debatir sobre un tema incómodo.
Cuando no se utiliza intencionadamente como estrategia retórica defensiva, la falacia tu quoque suele ser el resultado de un arrebato emocional.
Un ejemplo es la respuesta “¡Ha empezado él!”, que suelen utilizar los niños para desviar la culpa y resaltar la mala conducta similar o anterior de otro niño.
A pesar de ser falaz, el argumento tu quoque puede apelar al sentido de justicia del público. Puede parecer que, al resaltar la hipocresía de la persona a la que se critica, la persona que comete tu quoque simplemente está midiendo a la otra persona con el mismo rasero con que la miden a ella.
¿Cómo responder a una falacia tu quoque?
Para responder a una falacia tu quoque, primero hay que identificarla correctamente como tal. Para que una falacia sea tu quoque, debe tener las siguientes características:
- Irrelevancia para el argumento: la réplica carece de relevancia directa y desvía la atención del tema en cuestión.
- Acusación de hipocresía: la respuesta desvía la atención hacia la supuesta hipocresía o incoherencia del interlocutor.
- Evitación de un contraargumento lógico: la acusación sustituye a una respuesta razonada y productiva a una pregunta o crítica.
Cuando se responde a una falacia tu quoque, hay que tener en cuenta las siguientes estrategias para garantizar que la conversación siga siendo constructiva:
- Reconocer las críticas válidas: admitir los puntos legítimos y reconocer los errores o fallos cuando proceda, para así mantener la credibilidad.
- Separar a la persona del argumento: enfatizar que la solidez del argumento no depende del comportamiento del orador.
- Evitar las contrafalacias: mantener la coherencia lógica y evitar la tentación de rebatir un ad hominem con otro.
- Volver a centrarse en el argumento original: regresar al tema sin dedicar demasiado tiempo a la acusación tu quoque.
Preguntas frecuentes sobre la falacia tu quoque
- ¿De dónde viene el nombre de la falacia tu quoque?
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Tu quoque es una locución que significa “tú también” en latín.
Se utiliza “tú también” porque en la falacia tu quoque se acusa a alguien de hipocresía por criticar lo que se supone que ellos mismos hacen.
Tu quoque fili mi es otra famosa frase donde se incluyen estas palabras. Es la traducción latina adaptada de lo que el historiador Suetonio relata que Julio César exclamó en griego al ver que Bruto también participaba en su asesinato.
- ¿Cuál es la diferencia entre la falacia tu quoque y la falacia ad hominem?
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Tu quoque es un tipo específico de falacia ad hominem.
Las falacias ad hominem critican a una persona por algo irrelevante para el tema en cuestión.
Las falacias tu quoque critican específicamente a la persona que plantea una pregunta, crítica o argumento, acusándolos de hipocresía.
Ambas pertenecen a la categoría de las falacias de relevancia.
- ¿Cuál es la diferencia entre la falacia tu quoque y el whataboutism?
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Tu quoque y whataboutism a veces se solapan, tienen características diferentes.
- Tu quoque es una forma de argumento ad hominem que contrarresta la crítica señalando la hipocresía en el comportamiento del crítico.
En realidad dice: “Tú haces lo mismo que me criticas a mí”.
- Whataboutism (del inglés what about, “qué hay de”) es una táctica más amplia que consiste en responder a una acusación desviando la atención hacia otro tema o haciendo una contraacusación.
Cambia el enfoque para decir: “¿Y qué hay de este otro tema?”.
Ambas se consideran falacias lógicas informales o enfoques engañosos de la argumentación.
- Tu quoque es una forma de argumento ad hominem que contrarresta la crítica señalando la hipocresía en el comportamiento del crítico.