Sesgos cognitivos | Definición, tipos y ejemplos
El sesgo cognitivo es la tendencia a actuar de forma irracional debido a la capacidad limitada de los seres humanos para procesar la información de forma objetiva.
Los sesgos cognitivos no siempre son negativos, pero pueden nublar el juicio personal y afectar a la claridad con la que se reciben situaciones, personas o riesgos potenciales.
Todo el mundo es susceptible de sufrir sesgos cognitivos, y los investigadores no son una excepción. Por lo tanto, el sesgo cognitivo puede ser una fuente de sesgo en la investigación.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
El sesgo cognitivo es un término genérico utilizado para describir los patrones sistemáticos, pero erróneos, de respuesta a los problemas relacionados con el juicio y la decisión.
Estos patrones no son aleatorios. Aunque se basan en creencias y experiencias, a menudo van en contra de la lógica o la probabilidad.
Si bien al ser humano le gusta pensar que es un ser racional que procesa toda la información antes de tomar una decisión, a menudo no es así. Todos somos propensos a los sesgos cognitivos en distinto grado.
Los sesgos cognitivos están arraigados en el cerebro humano y pueden ayudar a sortear la sobrecarga de información inherente a la vida cotidiana. Si hubiera que pensar detenidamente antes de realizar cualquier acción, sería realmente difícil vivir.
Para ser más eficientes, los cerebros confían en las experiencias previas y en las creencias mucho más de lo que pudiera parecer. Estas creencias y experiencias se convierten en atajos mentales (también llamados heurísticas).
Estas reglas empíricas ayudan a hacer juicios y predicciones. Como este proceso es intuitivo o subconsciente, la gente no suele darse cuenta de que actúa basándose en prejuicios o ideas preconcebidas.
Sesgos cognitivos: Ejemplos
Dado que los sesgos cognitivos a menudo hacen percibir el mundo de forma excesivamente simplificada, pueden tener consecuencias de gran alcance.
En un contexto médico, los sesgos cognitivos pueden llevar incluso a médicos experimentados a efectuar diagnósticos erróneos.
En la vida cotidiana, a menudo se es engañado por los sesgos cognitivos y se sobrestima o infravalora lo arriesgadas que pueden ser las decisiones.
¿Cuáles son las causas de los sesgos cognitivos?
La tendencia a los sesgos cognitivos puede tener muchas causas. Algunas de ellas son:
- Capacidad limitada de procesamiento de la información
- Emociones
- Motivación
- Influencia social
- Heurística o atajos mentales
- Edad
La capacidad limitada de procesamiento de la información como causa de sesgo cognitivo
Como la mente humana tiene una capacidad limitada para almacenar y recordar información, no puede tener en cuenta toda la información relevante a la hora de hacer una inferencia o tomar una decisión.
Normalmente, el ser humano se ve obligado a centrarse en un subconjunto de la información disponible.
Las emociones como causa de sesgo cognitivo
Si la decisión afecta a los seres queridos, y no a unos desconocidos, la evaluación de la situación se realizará de una forma diferente.
La motivación como causa de sesgo cognitivo
Los juicios de los seres humanos están influidos por sus actitudes y creencias. Es muy probable que se elijan las creencias y estrategias que más ayuden a llegar a las conclusiones a las que se quieren llegar.
La influencia social como causa de sesgo cognitivo
Las personas tienen tendencia a conformarse con las opiniones expresadas antes por los demás o a actuar de formas socialmente deseables. Esto puede influir en comportamientos colectivos, como votar.
La heurística o atajos mentales como causa de sesgo cognitivo
La mente del ser humano utiliza reglas sencillas para llegar a una conclusión de forma rápida y económica.
El objetivo no es captar el problema en toda su complejidad, ni siquiera llegar a la solución óptima, sino llegar rápidamente a una solución “suficientemente buena”, minimizando el esfuerzo mental.
La edad como causa de sesgo cognitivo
Hay pruebas que sugieren que las personas mayores muestran menos flexibilidad cognitiva. Esto implica que, a medida que el ser humano envejece, es menos propenso a mostrar sesgos cognitivos.
Impacto de los sesgos cognitivos
Recurrir a atajos mentales en la vida cotidiana es eficaz y permite tomar decisiones más rápidamente cuando el tiempo es más importante que la precisión.
Sin embargo, los sesgos cognitivos pueden llevar a malinterpretar acontecimientos, hechos u otras personas. Esto, a su vez, puede afectar al comportamiento en una amplia gama de situaciones.
Los sesgos cognitivos pueden tener un impacto negativo en:
- La capacidad para tomar decisiones, limitando la receptividad ante información nueva o contradictoria.
- La precisión con la que se recuerdan incidentes (por ejemplo, un suceso del que se es testigo presencial). Un recuerdo inexacto o incompleto de los acontecimientos puede provocar un sesgo de recuerdo.
- Los niveles de ansiedad, que hacen que las personas se centren solo en acontecimientos o aspectos negativos de su vida.
- Las relaciones con los demás, cuando enseguida se juzga una personalidad a partir de un único rasgo.
- El pensamiento crítico, que lleva a perpetuar ideas o información erróneas, y que pueden ser perjudiciales para los demás.
¿Cuáles son los distintos tipos de sesgos cognitivos?
Aunque no existe una lista exhaustiva de todos los tipos de sesgos cognitivos que suelen distorsionar el pensamiento, a continuación se enumeran algunos de los más comunes:
- El sesgo de anclaje
- El efecto encuadre
- El sesgo actor-observador
- La heurística de disponibilidad
- El sesgo de confirmación
- El efecto halo
- El fenómeno Baader-Meinhof
- El sesgo de creencia
- La heurística del afecto
- La heurística de la representatividad
El sesgo de anclaje
El sesgo de anclaje es la tendencia a confiar en el primer dato ofrecido.
Se aplica sobre todo a los números. Los negociadores utilizan el sesgo de anclaje, empezando con una cifra demasiado baja o demasiado alta. Saben que esa cifra marcará la pauta para las ofertas posteriores.
El efecto encuadre
El efecto encuadre se produce cuando las personas eligen en función de si las opciones que se les presentan están redactadas de forma positiva o negativa, por ejemplo, en términos de pérdida o ganancia, recompensa o castigo.
El sesgo actor-observador
El sesgo actor-observador es la tendencia a atribuir las acciones propias a factores externos y las de los demás a factores internos.
Por ejemplo, el hecho de pensar que ante un suspenso propio y de un compañero, pensar que el suspenso propio se debe a la dificultad de las preguntas, mientras que el de su compañero se debe a una mala preparación.
La heurística de disponibilidad
La heurística de disponibilidad (o sesgo de disponibilidad) se aplica cuando se da más valor a la información que está al alcance o viene a la mente rápidamente. Por ello, se tiende a sobrestimar la probabilidad de que vuelvan a ocurrir cosas similares.
El sesgo de confirmación
El sesgo de confirmación se refiere a la tendencia a buscar pruebas que confirmen lo que ya se cree previamente, considerando los hechos y las ideas encontradas como una confirmación más.
El sesgo de confirmación también lleva a ignorar cualquier prueba que parezca apoyar una opinión contraria.
El efecto halo
El efecto halo se refiere a cómo la percepción de un único rasgo puede influir en cómo se perciben otros aspectos, sobre todo en lo que respecta a la personalidad de alguien.
Por ejemplo, cuando se considera que alguien es físicamente atractivo, a menudo determina cómo se valoran sus otras cualidades.
El fenómeno Baader-Meinhof
El fenómeno Baader-Meinhof (o ilusión de frecuencia) es la tendencia a ver nueva información, nombres o patrones en todas partes poco después de que llamen la atención por primera vez.
El sesgo de creencia
El sesgo de creencia describe la tendencia a juzgar un argumento basándose en lo plausible que parece la conclusión, en lugar de en cuántas pruebas se aportan para apoyar esta conclusión a lo largo del argumento.
La heurística del afecto
La heurística del afecto se produce cuando el estado emocional influye en las decisiones. En lugar de evaluar la situación objetivamente, las decisiones se basan en “corazonadas” o en el estado de ánimo.
La heurística de la representatividad
La heurística de la representatividad se produce cuando se estima la probabilidad de un acontecimiento en función de su similitud con una situación conocida. En otras palabras, se compara con una situación, prototipo o estereotipo que ya se tiene en mente.
Preguntas frecuentes sobre los sesgos cognitivos
- ¿Cuáles son los signos del sesgo cognitivo?
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Aunque es difícil identificar los sesgos cognitivos, aquí hay algunos ejemplos de “señales de alarma” para considerar:
- Seleccionar información que coincide con las propias creencias.
- Centrarse demasiado en la información inicial y no ajustar el juicio cuando se dispone de nueva información.
- Generalizar en exceso o sacar conclusiones precipitadas cuando las pruebas son escasas.
- Culpar a factores externos de los propios fracasos, mientras que los éxitos son todos mérito propio.
- ¿El sesgo de atención es un tipo de sesgo cognitivo?
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El sesgo de atención es uno de los varios tipos de sesgos cognitivos existentes en el que se ignora información importante. Como la atención es limitada, tiende a ser dirigida hacia cosas específicas del entorno, mientras se filtran otras.
Aunque este mecanismo busca la eficiencia, también hace filtrar información o señales del entorno que no se deberían ignorar, lo que conduce al sesgo de investigación.
- ¿Es el efecto bandwagon un tipo de sesgo cognitivo?
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Así es, el efecto bandwagon (o efecto arrastre) es uno de los muchos tipos de sesgos cognitivos.
El efecto bandwagon describe la tendencia de las personas a adoptar comportamientos u opiniones simplemente porque otros lo hacen, independientemente de sus propias creencias.